
Este 22 de febrero se ha celebrado el Día para la Igualdad Salarial, que pone el foco en la brecha salarial e insta a los estados a tomar medidas para reducirla. Hace cerca de medio siglo que la Constitución Española y el Estatuto de los Trabajadores sentaron las bases de lo que debe ser la igualdad real y efectiva en el ámbito laboral de mujeres y hombres, evitando cualquier tipo de discriminación en materia de empleo, salarios, ascensos, promociones o definición de grupos profesionales. A pesar de eso, perdura una clara desigualdad entre la remuneración que perciben, en promedio mujeres y hombres por su trabajo asalariado. En esta fecha, tratamos de reivindicar la eliminación de la brecha salarial, y con este artículo ponemos de manifiesto algunos datos de interés para comprender mejor este concepto y algunas soluciones planteadas por el sindicato para erradicar esta discriminación.
Desde CCOO se ha elaborado, con motivo de la fecha de esta reivindicación, un informe sobre la Brecha Salarial, que aporta datos fundamentales, que son precisos para comprender cómo este fenómeno es un problema estructural que afecta a toda la sociedad, no solo a las mujeres.
Uno de los puntos sobre los que se parte es cómo la brecha de género sigue siendo un reflejo de la desigualdad estructural en el mercado laboral y en la sociedad, a pesar de los acuerdos obtenidos en el diálogo social y los avances en la negociación colectiva de los últimos años. Las mujeres continúan percibiendo salarios inferiores a los hombres, y cuentan con mayores dificultades para acceder al empleo y progresar.
Tres datos que ayudan a explicar la brecha salarial
El informe aporta un enfoque sociológico muy interesante que nos hace comprender como se ha estructurado la brecha salarial, de dónde viene y por qué se ha perpetuado.
-La desigualdad ‘ex ante’ o a priori que soportan las mujeres en las sociedades capitalistas y patriarcales se plasma en roles de género diferentes en la socialización y en la educación. Algo que se traduce en una peor situación a la hora de afrontar la vida laboral.
-La desigualdad ‘durante’ que sufren las mujeres durante su trayectoria laboral y profesional. Con problemas en la inserción laboral, peores condiciones laborales y mayores interrupciones en su vida laboral vinculadas a un desigual reparto en las tareas de cuidado.
-La discriminación salarial ‘a posteriori’ que sufren las mujeres, una vez finalizada su vida laboral en sus pensiones, al haber tenido retribuciones de menor valor.
#YaVamosTarde
La igualdad salarial es una deuda pendiente de la democracia. Las mujeres no pueden esperar más. Por eso, bajo el lema: #YaVamosTarde, este informe aporta algunos datos que sería necesario reflexionar para erradicar esta situación.
En 2023 el salario medio anual de los hombres fue de 29.615 euros, mientras que el de las mujeres fue de 24.758 euros. Una diferencia de 4.856 euros. Para igualar salarios, el de las mujeres debería aumentar un 19,6%.
Analizando los sectores de actividad, se observa que seis ramas de actividad destacan por tener brechas salariales muy elevadas (en torno al 30%): actividades administrativas, profesionales, científicas y técnicas, sanidad y servicios sociales, comercio, actividades inmobiliarias y actividades financieras. Estas brechas están muy relacionadas con la brecha laboral de género en términos de jornada y perfil ocupacional.
Además, el 44% de las mujeres asalariadas trabajan en sectores que tienen salarios por debajo de la media nacional, y hay que añadir otro dato, que viene a incrementar esta brecha salarial, y es que el 75% de las personas con empleo a tiempo parcial son mujeres.
Un dato muy importante de este informe es que, si la jornada laboral femenina se equiparara a la masculina, la brecha salarial se reduciría en un 64%.
Una reflexión de futuro
Este estudio, destacan varios aspectos clave: para reducir la brecha salarial hay que incentivar la contratación femenina en sectores masculinizados, garantizar el acceso equitativo a empleos a tiempo completo, regular la asignación de complementos salariales para evitar sesgos de género, ampliar los servicios de cuidado infantil y de mayores, y fomentar permisos parentales equitativos entre hombres y mujeres.
Si no se implementan medidas adicionales, la brecha salarial no se cerrará antes de 2042, una fecha escalofriante. Aunque las reformas laborales han contribuido a reducir la desigualdad, el estancamiento en los últimos años demuestra que la acción debe ser más decidida. Es urgente un Pacto Estatal que desarrolle servicios públicos de cuidados como un nuevo pilar del Estado de Bienestar.
Desde CCOO ponemos toda nuestra acción sindical para lograr estos objetivos y contribuir de forma fehaciente a no solo la reducción de esta brecha salarial, sino a su eliminación completa.