
La perspectiva de género es una asignatura pendiente cuando se habla de la salud de las mujeres y de ahí la importancia del Día Internacional por la Salud de las Mujeres (el 28 de mayo) para denunciar los problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva, la falta de investigación de enfermedades y patologías que afectan a las mujeres, la falta de reconocimiento de enfermedades profesionales en sectores feminizados o la afectación de las violencias machistas, entre otros.
El 28 de mayo de 1987, en el V Encuentro Internacional Mujeres y Salud, tuvo su origen el Día Internacional por la Salud de las Mujeres y, desde entonces, esta fecha ha quedado fijada en la agenda feminista internacional para visibilizar y denunciar las causas de las enfermedades que obstaculizan el derecho de las mujeres a disfrutar de una vida saludable y segura, en ocasiones, hasta provocar su muerte.
Para CCOO esta jornada conmemorativa es una oportunidad, cada año, para poner el foco en la salud de las mujeres y reivindicar la necesidad de una atención sanitaria con perspectiva de género.
A lo largo de los años, hemos mantenido una postura firme en la defensa de la salud de las mujeres, integrando la perspectiva de género en nuestras campañas y acciones sindicales. Trabajamos para que la salud de las mujeres sea una prioridad en las políticas públicas y en el ámbito laboral, promoviendo entornos de trabajo seguros y equitativos.
Este año hemos puesto el foco en la falta de reconocimiento de las enfermedades profesionales que afectan especialmente a las mujeres, denunciando que la salud laboral de las trabajadoras sigue siendo invisibilizada al no contar con evaluaciones de riesgo ni políticas preventivas que integren una perspectiva de género.
Las mujeres y hombres trabajan mayoritariamente en sectores diferentes debido a la segregación ocupacional, lo que también se traduce en distintos riesgos laborales. Mientras los hombres sufren más accidentes físicos, las mujeres son más vulnerables a enfermedades profesionales vinculadas a factores psicosociales y ergonómicos, como los trastornos musculoesqueléticos, enfermedades dermatológicas o de origen biológico.
CCOO denuncia que esta mayor exposición a ciertos riesgos no solo es ignorada, sino también deslegitimada: a menudo no se cree a las mujeres cuando reportan dolencias laborales, atribuyéndolas a exageraciones o condiciones personales como la menopausia. Esto contribuye a una doble discriminación: están enfermas por el trabajo, pero, además, son cuestionadas.
Ante esta situación, el sindicato ha propuesto al Grupo de Trabajo de Enfermedades Profesionales del INSS la actualización del cuadro de enfermedades profesionales para que contemple:
- Patologías con evidencia científica robusta que afectan a mujeres, como el cáncer de ovario por exposición al amianto o el de mama por exposición a sustancias químicas o trabajos nocturnos.
- Actividades productivas relacionadas con enfermedades profesionales, ya que actualmente el listado refleja en su mayoría profesiones masculinizadas, dejando fuera muchas ocupaciones femeninas.
Insistimos en la necesidad de abordar los trastornos mentales y psicosociales desde una perspectiva multidisciplinar, dado que las mujeres trabajadoras son las más expuestas a estos riesgos debido a su mayor presencia en sectores precarizados o con alta carga emocional.
CCOO, un año más, se suma a la exigencia global de que el 28 de mayo no sea solo una efeméride simbólica, sino una oportunidad para seguir impulsando cambios reales en las políticas de salud laboral que garanticen el derecho de las mujeres a trabajar sin poner en riesgo su salud, avanzando hacia entornos laborales más justos, seguros y saludables.